Más de 2,5 millones de personas mayores viven en geriátricos habilitados y residencias para mayores en los Estados Unidos. Con el envejecimiento de nuestra sociedad aumentará el número de personas que residen en estos centros, y con ello la necesidad de proteger a la gente mayor y discapacitada del maltrato y abandono en manos de quienes estén en una posición de autoridad sobre ellos.
Las personas de edad avanzada y los discapacitados que residen en geriátricos y residencias para mayores son los miembros más vulnerables de nuestra sociedad, ya que a menudo sufren de enfermedades crónicas que los tornan dependientes de otras personas y limitan sus funciones mentales y físicas. La naturaleza de esta dependencia, que abarca cuestiones básicas como alimentación, salud, vivienda y necesidades básicas diarias, a menudo influye en la decisión de las víctimas de no denunciar maltratos o abandono por miedo a las represalias o por miedo a perder el cuidado que reciben. Las personas mayores y los discapacitados tienen derecho a recibir un tratamiento digno y también a exigir un resarcimiento cuando sus derechos han sido menoscabados.
El maltrato y el abandono en los geriátricos y residencias para personas mayores se presentan en diversas formas. Generalmente se los asocia con falta de personal, falta de capacitación del personal o falta de supervisión adecuada. Los residentes pueden ser lastimados intencionalmente, recluidos sin razón, intimidados, humillados, o ser víctimas de angustia mental y castigos físicos o mentales crueles, entre otros. El abandono, o el incumplimiento de las obligaciones del cuidador respecto de su paciente anciano, puede manifestarse de diversas formas, desde no cambiar los pañales de los pacientes incontinentes, no hacerles hacer ejercicios de amplitud de movimientos, no cuidar su higiene oral o dental, no curar sus heridas en forma apropiada, no bañarlos en forma regular, no ayudarlos con sus necesidades para ir al baño, no responder a sus pedidos, hasta no supervisarlos adecuadamente o evitar ponerlos en situaciones peligrosas.